lunes, 5 de noviembre de 2012

Cuando no encontramos la salida

El otro día, leyendo una viñeta sobre "cómo ser feliz", me quedé pensando en lo simple que puede resultar responder a cómo conseguirlo pero qué difícil es hacerlo por tener ese vicio de aprender a quejarnos y autocompadecernos.

Es por eso que he querido dedicar unas palabras aquí.

Cuando te sientas sola. Cuando no veas la salida. Cuando creas que el mundo te parece hostil, y que nadie se preocupa por tí. Cuando todo te parezca incierto y oscuro y que nadie te comprende.


Cuando no sepas qué será de tí ni de tu futuro porque a veces no sabes ni quién eres ni qué quieres.
Cuando te venga esa pregunta que acostumbras a hacerte "¿y por qué a mí?"

En esos momentos detén tu pensamiento...

Háblate a tí misma y dí que esa cascada de pensamientos no te benefician. Estás hundiéndote a tí mismo en un agujero de autocompasión que no te llevará a ninguna parte.

Despeja tu mente, distráete con algo que te gusta. Vive el AQUÍ y AHORA.

De repente, aparece alguien que no estaba en tus pensamientos.
¿Quién es esa persona?


¿Qué está haciendo en mi cabeza?

Te das cuenta de que en ese momento no estás sola. Estás contigo mismo, a solas con tus pensamientos. 
Ves que no eres la única persona en el mundo con los mismos problemas que tú tienes.
Que esa persona ha pasado ya por ahí y lo comparte contigo. Ya no te sientes solo ni incomprendido.

Sí, esa persona es tu experiencia porque ya estás de vuelta de todo eso y encuentras consuelo en tí misma, es tu sabio interior. Te escuchas.

Al cabo del tiempo, sin darte cuenta, todo lo de ahí afuera parece cambiar...

Son tus amigos, que de repente se acuerdan de tí por teléfono y te mandan un simple "q tal?", y les cuentas lo que te ha pasado. 
Es tu pareja, que ha estado ocupada en sus cosas diarias y llevaba un rato queriendo escuchar tu voz para ver cómo estabas.
Es alguien anónimo en un blog de internet que contestó a un comentario que dejaste porque sintió tu dolor y quiso que supieras que no estás solo.

Entoces te das cuenta de que dramatizando la situación no te ayudabas cuando te sentías así y que no es el fin del mundo. Tú creces y ahora los problemas ahora son más pequeños.


Ahora hay salida, hay camino, luces y colores fuera de ese hoyo que cavaste y donde te metiste tu solita casi sin darte cuenta.

Ama quien eres, ama lo que aprendes, ama lo que lees, ama aún más lo que te gusta, apasiónate y quiérete.
Y el amor se contagiará, se proyectará como en un hechizo hacia lo exterior.

En resumen, como decía aquella viñeta que leí, "Deja de autocompadecerte y serás feliz".


No hay comentarios:

Publicar un comentario